29/5/08

SONETO




La llama se prendió con mi delirio
como volcán que esgrime mi sentencia
fue pálido el dolor de mi impotencia
que rasgó entre jirones mi martirio.

Sollozó el resplandor de luna llena,
desgajaron estacas en mi calle
sin el termal oriundo de mi valle
que afligió el arbitraje de mi pena.

Con su marcha inevitable dejó huella
herida que sangraba tristemente
la noche sin su luz ya no era bella,

de día el Sol lloró muy sutilmente.
Maldita sea la estampa que mella
como fantasma inmundo por mi mente.

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