Cuando esta noche, desnuda de ti
intente conciliar el sueño de ambos
impregnaré dulzura en nuestra verde
y eterna línea el horizonte.
Será un canto en susurros
al paso de las horas
que impávidas me dejen
tu aliento en un soplo de brisa.
No es la soledad lo que me asusta
ni la oquedad de mi piel aún con tu esencia,
temo el perder el tiempo de pensarte
cuando me entrego a la ternura de extrañarte.
Eres pétalos en mi vientre,
y manantial derramado en mi boca.
Quiero ser roca en tu mar
y la sal que besa tu orilla,
meandros surcando tu piel
corriente de paz en tus días.
11/7/07
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