Se desmayan las fotos en las trágicas manos
portadoras del tiempo que pasé junto a ti
serpentean los ojos en sonámbulo llanto,
las pupilas se hidratan soportando el encanto
de un pasado atrapado tras papel de marfil.
Se deslizan los dedos por la imagen callada
y es tu risa mi braille, descifrando el amor,
en el álbum reseco por antiguas miradas
se vislumbran los surcos de las gotas lloradas
que cruzaron tu cuerpo desgarrando el color.
De las mágicas luces que brillaron un día
envolviendo el ensueño de un instante inmortal,
sólo queda el ocaso de saberte perdida,
y unas páginas mudas, con reflejos de vida,
que sujetan al alma cada vez que se va.
Si es tan triste mirarte, ¿cómo puedo escapar?
¿cómo escondo esas fotos de mi miedo a olvidarte?
¿cómo borro las huellas sin dejar de pisar?
y en mitad de la noche, cuando vuelva a soñar...
¿cómo aparto a ese sueño del placer de soñarte?
Ya no velan tus risas madrugadas de enero,
ni se duermen tus ojos en mis ojos de sal,
no me mata el sonido de aquel dulce te quiero.
Hoy, que el tiempo y la vida comenzaron de cero,
sólo tengo unas fotos... y un eterno mirar.
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