30/1/08

EL ALUMNO PREDILECTO DE PONCIO PILATOS




Allí, hace miles de millones de años luz,
Dejó de existir una estrella,
¿No ves en su fulgor escrito su epitafio?
Aquí,
Justo aquí,
A la vuelta de la esquina,
Se escucha agonizar al perro
Que atropelló el Peugeot 309
De la encargada de la biblioteca
-Creo que escuché referir
Que lo tiene asegurado a todo riesgo;
No sé, no obstante, si opinaría igual el perro-.
En Eritrea,
Justo ahora, justo en este instante,
Un niño de cuatro años
Se esta muriendo de hambre,
En tanto engordan las moscas
Y algún que otro buitre;
Y, mientras tanto,
Un incontable número de insectos
Perece a lo largo de la A-49
A causa del exceso de velocidad
-Yo los he matado a millones...
Y a algún que otro pájaro-.
En una lejana constelación nunca jamás imaginada
Puede estar muriendo, hace siglos,
Algún planeta vivo –larga agonía la de los planetas-;
Y quién podría aventurarse
A dar una cifra, sólo aproximada,
Del número de hormigas aplastadas a diario
Por la indiferencia de los transeúntes.
-Otro niño en Eritrea, y otra estrella, desde este momento,
No es que hayan dejado de existir para siempre,
Es que nunca existieron-.
Dentro de
13,
12,
11,
10 segundos...,
En tanto que una chica de 17 años se corta las venas por desamor
En un barrio pobre de Boston,
La bota de un soldado,
En una de esas guerras ignoradas del Tercer Mundo,
Pisará una mina y, pum,
Arrasará cientos de flores;
Y en 15 días, 6 horas, 15 minutos y 13 segundos,
En una mina de Asturias se desplomará una galería
Sepultando en vida a cinco mineros.
Y también pudiera ser que, pasado mañana,
-Y, en cualquier caso, qué más da,
Tarde o temprano sucederá en unos años-,
Tú te murieses…
Y, entretanto, dios
Qué,
Se lava las manos?

1 comentario:

fgiucich dijo...

El gran dilema sobre la existencia de Dios se plantea en cada acto irracional del hombre. Abrazos.