13/3/08


Andamos por la vida por la derecha de una carretera secundaria,
ya que casi nunca nos tocan autopistas y sí recorrer senderos de olvido.
Si en lugar de estos páramos donde se resisten las sabinas
tuviéramos el frondoso contorno de los bosques,
este lado del río sería menos certero,
y en la bruma de las mañanas,
no tendría que rebuscar en el desván de mi alma
un poco más del poso que me dejan tus caricias.
Una estrella es un astro que ilumina la noche.
a veces, se dejan un millón de años para verte, y sí, es verdad
que tienen un fragmento de la magia escrita en sus latidos.
Llegar a la noche y sentirlas puede devorar todos los contenidos silencios.
Me gusta saber que tú miras las estrellas,
que encuentras una parte emotiva en su azulado tintineo,
y que es entonces, cuando con voz queda,
casi en un susurro apenas perceptible, les dices que me amas.

2 comentarios:

fgiucich dijo...

Cuando ella mira las estrellas, el andar se hace más silencioso, como las pisadas del alma. Abrazos.

Camille Stein dijo...

Al cabo de todo, siempre vacíos sin el aliento de los demás, amados o no. Un saludo.