13/3/08


Sabes que me gustan las cajas.
Colecciono cajas de cualquier tamaño que tengan la facilidad de vaciarse,
ya sean de metal, de madera, de cartón duro trabajado.
No sé lo que pienso guardar en ellas.
Siempre creo que tesoros que naufragaron conmigo
y que posiblemente lo seguirán haciendo.
Soy muy proclive a guardar los restos de mi vida en esas cajas.
Tengo muchas, algunas vacías que esperan sabe dios que milagro,
que grandes poemas de demoliciones y conquista
o esas monedas extranjeras, postales, tu nombre en ellas,
fotos de anticuario, relojes o carteras con el deposito agotado de la vida.
Sabes que me gustan las cajas, que tú estás en muchas de ellas,
aquellos poemas eran para ti, aquella carta era tuya,
en esta foto hemos salido bien, que jóvenes
¿recuerdas Cádiz y tu falda al viento de la costa?,
esta navaja de mil usos sin estrenar,
uff esta cartera huele todavía a mis sueños,
las pipas de todas las clases y países…
Sabes que me gustan las cajas,
pero ni en broma me dejes en una para siempre.

3 comentarios:

fgiucich dijo...

Esa extraña necesidad de encajonar nuestros secretos; nuestra vida. Abrazos.

Patricia Angulo dijo...

Me gustan mucho este poema.

A mi tambien me gustan las cajas.
Cajas por doquier para guardar delicias que por peso, no entran en el alma.

Besos

MBI dijo...

Una entrada de cajas llenas de vida.
Voy a dedicarte un post con mis cajas cuando las vacaciones se acaben...