"Una llama asciende por el linaje de mi piel, suspirando por las manos el secreto de sus líneas… Una llama que crece en el interior de su luz, que aspira a ser volcán, que se atrapa en el instante del vacío, que le da silencio y la deja estática, muda, sin la sonoridad de su ira… Una llama valiente pero cansada, enérgica pero agotada, resplandeciente pero desconsolada… Una llama que… se niega a ser ceniza."
Rosario Sabariego Gómez
18/7/07
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