Salve lengua que tu cuerpo invade
deslizando su humedad sin pausa,
saboreando de la piel latidos
y tomando sin pedir tus ansias.
De la paz un salto a la lujuria
ignorando el traje y los espacios
derramando supiros al paso
de las manos surcando meandros.
Quiero ser de tu potro, amazona
cabalgar hasta el gemido ocaso
y llenar mi vientre de tu elixir
saborear tu sexo en mi regazo.
Son mis poros manantial perenne
de deseo al roce de tu boca
es la tuya cascada insurgente
clímax, geiser que mi amor invoca.
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