18/7/07

SIÉNTEME ASÍ


Siénteme así...

amando de mi vida toda ella...

Y en tu adorada voz siendo la espiga,

cimbreando al viento... de tus llamas

y, madurando al sol de mis pupilas

que sienten que al amarte, te suspiro lánguida.

Amas mi cabello...

y cuando lo llevo suelto... me sonríes,

invitándome a la caricia de tus dedos

exponiendo la fresca y dulce fruta de los labios,

dejándo que vea el marfil den tu boca de presagios...

Amas mi cintura...

a punto de ceder ante tu abrazo,

en el pozo de dicha en que te alojas

esperando a beber de mi regazo...

Y de mi fuente la caricia matutina

...para tu boca que convida a cada paso.

Amas mi vientre...

en ese abismo de tu estrella que fulmina,

cuando mi ombligo te invita y te sugiere...

caminar y adentrarte por mis mares,

donde te ofrezco... que sientas mi locura

con la cómplice sonrisa de mi luna.

Lloro...,

este amor de escondite tras las nubes

de silencios interrumpidos por los grillos,

donde una rana con ellos da conciertos

por esas noches que iluminan la mirada

¡Y nos envuelve Saturno en sus anillos!

Y cuando nos desarropa el corazón latiendo,

ya somos nada, sólo dos locos pensamientos

que han invadido... de pasión... sus almas.

1 comentario:

A. Elisa Lattke Valencia dijo...

Me he permitido corregir este poema y te dejo el mismo para que puedas ponerlo tal cual en el blog-Mis años me piden todo esto y voy leyendo y observando los mismos, intentando darles dignidad. Un abrazo y gracias, amiga por tu atención. Disculpa si interrumpo tu realidad, quizá alejada de este blog.


Siénteme así...
Amando de mi vida toda ella
y en la adorada voz de los silencios,
como una frágil espiga movida por el viento;
que se madura al sol del amor de las estrellas,
cimbrada por la luz de unas pupilas.

Amas mi cabello...
Dorado como espigas en trigales
y peinado por el viento con sonrisas,
invitando a la caricia de unos dedos
o expuesto, a la fresca y dulce fruta de unos labios,
dejando ver miradas y presagios.

...

Amas mi cintura...
A punto de ceder ante un abrazo,
en ese pozo de dicha en que me alojas,
a sentirme feliz en tu regazo
como rocío embriagador de primavera.
Para saber de la fuente matutina
y la sed de quien convida,
a besar en sus paseos a cada paso.


Amas mi vientre...
y soy ese abismo del amor de quien fulmina,
al ombligo que invita y se sugiere
a adentrarte por veredas de silencios,
donde se oferta la vida y su locura,
con la cómplice sonrisa de una luna.


Lloro, por este amor de escondite entre las nubes
y silencios interrumpidos por los grillos,
donde una rana con ellos da conciertos
por esas noches que iluminan su mirada.
¡Y Saturno la envuelve en sus anillos!
Desnudando un corazón de disparate,
y somos nada, ¡sólo dos locos pensamientos
que han invadido de pasión sus almas!