24/1/08

YA NO EXTRAÑO...




Ya no extraño tu presencia.
Ni la parsimonia de tu sonrisa que a mi risa apresuraba;
ni la rebelión que en mi ser tus ojos serios provocaban.
Ya sobre mi deseo cayó, letal, un alud memorable de aguanieve.
También dejó de atormentarme el abstracto rejón de tu recuerdo.
Hoy sólo me desalienta la huella de fuego inquebrantable
que en mi corazón forjaste.
Ya te inmoló la insensata fantasía,
y mi fe en ti perdió constancia;
aunque el subconsciente te proclame protagonista
de algún impreciso sueño.
Ya mis iris dejaron de enlutarse por tu ausencia
y en mis labios sucumbieron anhelos y carmines.
Comprendí que el amor que sentía se marchitó tiempo atrás,
como una rosa ante la mordida sanguinaria del estío.
Mas la huella de fuego inquebrantable,
que en mi corazón a gubia fraguaste,
de vez en cuando se desgarra... para de ti dolerme.

4 comentarios:

fgiucich dijo...

Impecable definición de un amor marchito. Abrazos.

Sin Paliativos dijo...

Talento, veo talento, muy buena poesia.

Saludos

@Intimä dijo...

Trini nació poeta.
Besitos :-)

@Igna-Nachodenoche dijo...

Gran inicitiva la tuya, gracias a Trini por colocar tu enlace, gracias a tí por hacerla realidad.

Un abrazo.