15/2/08

DESDE LA MIRILLA DEL MUNDO




Mírala

Sus botas curtidas en la piel
reposan bajo las ingles inquietas,
taconean el asfalto
delante del vestigio polvoriento.
Presionan el acelerador:
revoluciones lascivas
ocultas tras sonrisas maquilladas.
Rictus desvaído

Mírala

La mirilla del mundo
señala con el dedo.

Entre las sábanas se avergüenza
del oficio más antiguo de la historia
le repugna,
-hipócrita apetito-
envueltos por el perfume
rancio y tabaquero.

                    La miro,
                    contemplo a quien en verdad habita
                    a contra luz de sus pasos.

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